Life

“Para qué, dice, vamos a entregar nuestras imágenes a este joven que quizás sea un brujo y podría más adelante lanzarnos un hechizo?
No podemos existir a la vez en dos lugares diferentes, si nuestra imagen aparece representada en un papel sería nuestra muerte segura…”

En Tehuelches. Danza con fotos. Osvaldo L. Mondelo. El Calafate, edición del autor, 2012.
Cita a Ana M Aguerre, Genealogía de las familias tehuelches-araucanas de la Patagonia central y meridional argentina, Editorial de la facultad de filosofía y letras, Universidad de Bs As, 2008.


Hubo una época en que todo estaba por crearse. Entonces, a partir de las crisis económicas, del ascenso del horror y la Guerra, están las imágenes de Margaret Bourke- White, William Eugene Smith, Lee Miller, Alfred Eisenstaedt, David Scherman sacadas con una técnica que hoy nos parece ajena. Las fotos increíbles en blanco y negro de Gordon Parks, Arthur Rothstein, Jack Delano, Walker Evans, Dorothea Lange.  Las portadas de la revista Life. Los fotógrafos viajeros de la FSA, los que documentan la crisis. Leyendas del rollo como Robert Capa, María Eisner, David Seymour, Cartier Bresson, Rita Vandevirt, Eve Arnold.  La pelea por la independencia de las imágenes y la creación de la agencia Magnum. Al principio de todo Riis y Hine, luego la Photo League, Strand, Abbott. Y tantos soldados de la película: del ejército de la placa y el visor directo.

Algunos creen que la foto debe contar una historia, a veces la fotografía es una excusa, un puente o un pasaje para otras vidas. En La Vida Secreta de Walter Mitty (1), la frase de la revista Life (“Ver el mundo, afrontar peligros, traspasar muros, acercarse a los demás, encontrarse y sentir. Ese es el propósito de la vida”)  aparece en los muros de la editorial. La revista, legendaria por los fotógrafos que trabajaron en ella, está en el momento histórico en el que pierde para siempre el ejemplar de papel y pasa a la edición electrónica. Estas palabras son las que tiene grabadas la billetera que le ofrece como un inesperado regalo de fin de una época el fotógrafo intrépido e intratable de Sean O’connell  (Sean Penn), al archivista Walter Mitty (Ben
Stiller). 

No estoy muy seguro del propósito de la vida, pero es bueno pensar como ocurre en la película, que hay que ir al fin del mundo, o hacer otro recorrido más difícil hacia dentro de uno mismo para encontrar y conocer, cómo y qué las fotografías dicen o encontrarlas en el fin del mundo.
En una época llevábamos fotos en la billetera y un fotograma, aquel pedazo material de imagen, un pequeño rectángulo para ver a través, unos milímetros de emulsión con luz, (los fantasmas de otras leyendas que se han ido como Kodak y Agfa), es lo que hace que Walter Mitty cruce la tierra, tratando de hallar lo inhallable: la materialidad. Como el retro cuerpo de las viejas Polaroid o de los perfectos mecanismos, las metálicas cámaras mecánicas como objetos de lo que sucedió, como una memoria de película y que hoy vemos en las vidrieras de los anticuarios.
A veces, dice la película,  hay fotos que es mejor no sacar. A veces hay fotos que es preferible no capturar y jugar a la pelota en el desierto con personas con las que sólo es posible entenderse por señas en un lugar en el que no se había estado nunca.
A veces es mejor no ver el fotograma, algo imposible con lo digital, que son fotos hechas para ser vistas en el momento y olvidadas.
A veces podemos eximirnos de ser miserables, aunque todo cambie, porque olvidamos por qué hacemos lo que hacemos.
En Fur, (2) Diane Arbus (Nicole Kidman) produce el arte de la espera antes de pensar en tomar la foto, porque a lo mejor ésta no tiene sentido si antes no te cuentan una historia, si antes no sabés quién es el otro, qué hace ahí, por qué no está en las fotografías que circulan: la mujer migrante con sus hijos de Dorothea Lange, (3) la familia con su hijo gigante de Arbus, (4), la fila de los que nada tienen en contraste con la imagen publicitaria de la felicidad de Margaret Bourke-White (5) las fotografías que han sido esperadas, lloradas, concedidas o armadas, los milagros y los fraudes, y los que no salen en las fotos: la fotografía de los que no salen en las fotografías.

La increíble Vida de Walter Mitty de Ben Stiller  habla de rescatar a las personas que están escondidas en los espacios únicos y mágicos que son los viejos laboratorios, las cajas de los archivos, las planchas de negativos y contactos, lupas y elementos de retoque. A los que les importa la imagen más que el crédito y el silencio más que el flash de la inauguración.  Los que cuidan el objeto porque dice cosas, y porque es una misión compartirlo: que otros tengan la suerte de ver, pensar, entender, discutir. Como los que cuidan en la sombra,  el amoroso rescate en la restauración, en la limpieza, en la recuperación de los negativos olvidados, perdidos y robados de nuestros museos nacionales, descuidados a la desidia de gobiernos y funcionarios, los que reparan la memoria, porque aún está la memoria, de los que la cuidan  y conservan en contra del estado de las cosas, y porque cuidar no es más que un acto de amor.

Roberto Camarra






(1) The Secret Life of Walter Mitty, 2013, Estados Unidos. Dirigida por Ben Stiller. Interpretada por Ben Stiller, Kristen Wiig, Shirley McLaine y Sean Penn.
(2) Fur: An Imaginary Portrait of Diane Arbus. 2006, Estados Unidos. Dirigida por Steven Shainberg. Con Nicole Kidman y Robert Downey jr.
(3) Dorothea Lange es una de las fotógrafas emblemáticas de la gran depresión y de la crisis del medio oeste americano.
(4) Diane Arbus fotógrafa que quitó su vida en 1971, es aún hoy, una influencia clave en la fotografía contemporánea.
(5) Margaret Bourke-White fue la primera mujer que hizo fotos para Life y la primera corresponsal de guerra.

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