Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. Cn 13, 11.12.13 Guardia. La mujer que nos recibe en la guardia tras el vidrio de reflejos oscuros que viene a recordarnos quiénes somos y por qué estamos ahí, a esa hora con la metálica voz del micrófono. La madre que protesta y no encuentra las razones del dolor de su espalda y los estudios y sus reclamos y sus quejas y apenas se tiene en pie. El hombre que sigue cómo su mujer sale del cuarto de emergencias en una camilla, y aún desconoce que en unos minutos hará el peor trámite, de manera mecánica, ausente, perdida, que nos recuerda cómo estábamos en el momento en que nos sucedió aquello. Ahí estamos, con dolor, en